20 años y sumando…

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Dos años van desde que Deportivo Quito aterrizó, por la vía del papel, a la Segunda Categoría. El camino tortuoso que significa la competencia no mira con buenos bríos la posibilidad de que el club azulgrana consiga el objetivo de manera inmediata y planificada. Sin embargo, en medio de todo ese infierno que significó la debacle de una institución tradicional del país, hay un grupo que se aferra de manera indescriptible a verlo surgir.

El pasado fin de semana se cumplieron veinte años de la tercera e imperecedera organización adepta a Sociedad Deportivo Quito, hay que brindar una mención honorífica y respetable a la Culta Barra y Barra de las Banderas que antecedieron a la ahora mencionada. Si bien muchos pueden interpretar el presente texto como una apología a la violencia, lo que trato de hacer, y de manera sincera, es exponer valores que en el fútbol se van perdiendo y a medida de ejemplo me gustaría exponer el siguiente artículo.

En medio de un fútbol moderno cada vez más dependiente del merchandising y de los derechos de televisión, el aficionado va perdiendo cabida en el organigrama de las instituciones. Hoy es una mera variable económica, más no un aporte fundamental.

Muchas instituciones del fútbol ecuatoriano atraviesan momentos críticos en el área administrativa y financiera, todo esto determina que la parte deportiva se vea mermada de igual manera. La burbuja del fútbol ecuatoriano que en algún momento ya mencioné (https://luisrubencadena.wordpress.com/2017/07/11/el-futbol-ecuatoriano-en-su-version-aberrante/) explotó de manera fragmentada, y uno de esos casos es el Deportivo Quito.

El equipo azulgrana vio entregado su patrimonio histórico, económico e institucional a los títulos de los años 2008, 2009 y 2011. Esa entrega conllevó al poder absoluto de dirigentes que, con el abuso de confianza y la algarabía de la hinchada, sacaron provecho del momento y saquearon de la manera más rastrera posible al equipo de la ciudad.

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Muchos dicen que siempre se puede estar peor, y que los malos momentos son un imán de plagas que arrasan con lo poco que queda para definitivamente darnos a entender que todo terminó. Para beneficio del cuadro capitalino, sus adeptos, sus hinchas, entendieron a la perfección que el exceso de confianza es un mal que se tiene que desterrar, que la deshonestidad se tiene que señalar y que el cambio nace con el compromiso propio. Lo vislumbraron, un poco tarde sí, pero lo lograron.

Es así como la conciencia tomó su lugar, el cariño comenzó a crecer y el amor se hizo evidente al demostrar que el hincha no solo está para empaparse de las victorias, sino para levantarse en las derrotas y apropiarse de ese amor tan puro y sincero como es querer al equipo del barrio, aquel al que su viejo llevó a alentar, al que su abuelo dichoso logró heredar, el equipo que lleva los colores de su ciudad.

Porque el club es de los hinchas, de los socios, de su gente. Los jugadores llegan, juegan y se van. Los dirigentes toman decisiones, firman «de buena fe» letras de cambio, endeudan el equipo, dicen que todo va a cambiar, que llegaron para ganar, pero al final el silencio acompaña el cese de sus funciones y buscan refugio en el recoveco más oscuro, con la intención de huir de los reclamos y la conciencia que señala diariamente su incompetencia.

En medio del abandono la hinchada de Sociedad Deportivo Quito buscó el límite al atropello institucional y comenzó la gestión de su gente.

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Entre tantas deudas de buena y mala procedencia, encontraron algunas cuentas por cobrar de mucho tiempo atrás, las cuales nadie se tomó el tiempo de investigar. Así aparecieron contratos de productos farmacéuticos a favor del equipo azulgrana, un departamento producto de un acuerdo de pago que más de uno buscó arrastrar a su favor, pero el aficionado chulla recuperó para su club, pasajes de avión para la presentación del equipo en Guayaquil, uniformes para las categorías menores y recientemente una bomba de agua para la zona húmeda del complejo deportivo.

Seguramente usted me dirá: -Eso no soluciona los grandes problemas que tiene Deportivo Quito. Y yo le contestaré: -Ayuda, porque desde que el aficionado se ubicó en la zona de confort y fue testigo de administraciones Mesianicas, se preocupó de las victorias y derrotas, pero nunca de la gestión que realizaban sus dirigentes. Eso hoy parece cambiar.

En el fútbol ecuatoriano el aficionado se convirtió en un parásito de los buenos momentos de su equipo, y se olvidó que heredó una institución a la que muchas generaciones cuidaron celosamente y adoraron hasta darle un puesto primordial de su vida.

Ese equipo llamado Deportivo Quito, y que Cesar Pardo tuvo la magnificencia de bautizarlo como el equipo del nombre divino, hoy sobrevive por y para su hinchada, puede ser poco, pero el día que no exista ninguna solución en el camino, podrán mirar al cielo y decir que hicieron lo necesario y que se apropiaron de su institución para emprender en el peor momento acciones de bien. Su padre y abuelo desde el otro mundo lo mirarán tranquilo y acompañarán su dolor.

Luis Rubén Cadena Beltrán

@LRCadena

Aucas, entre el sueño y la realidad

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Dicen que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante. Esta frase calza a la perfección para los hinchas de Sociedad Deportiva Aucas, que tras cinco victorias consecutivas miran como su equipo se introduce en un pelotón, que no hace mucho, era terreno privilegiado de la cúpula deportiva del país.

Pasaron catorce años desde el último gran equipo oriental. Muchos lo recuerdan como uno de los mejores momentos de su vida al plantel del 2004 en el que estaban: René Higuita, Facundo Corozo, Renán Calle, Jairo Campos, Alejandro Caisahuano; Enrique Vera, Mario Lastra, Vilson Rosero, Rolando Parrales; Gustavo Figueroa y Agustin Delgado. Al frente de esa plantilla estaba un estudioso del fútbol y motivador acérrimo como el colombiano Luis Fernando Suarez.

Los tiempos cambiaron, la debacle se hizo presente, y la Caldera del Sur literalmente ardió con un infierno tormentoso llamado Segunda Categoría. Son recuerdos que seguramente el hincha de Aucas hoy desea olvidar. Me disculpo por amargar su lectura.

Aterrizamos en el 2018 y nos encontramos con uno de los campeonatos más irregulares de los últimos años (otros lo llaman competitivo, para mí, por decirlo menos, es irregular), y las circunstancias de la competencia permiten al Aucas ubicarse en la tercera posición a tres unidades de la primera casilla. La algarabía se hace presente.

Sin embargo, es necesario dar algunas pautas para que el sueño oriental se sostenga, y al intentar ser realistas, precautelar que la caída no sea un golpe de ko.

descargaEs una realidad que Darío Tempesta sumó unidades ante rivales que tenía que derrotar, eso es una realidad, e incluso es lo que marginó del cargo a Luis Soler, un técnico timorato que jugaba a no perder y que la inquisición auquista supo, con el tiempo suficiente, remendar.

Así como exponemos el gran trabajo de Tempesta, debemos hablar del calendario, algo que confabuló para el buen momento del cuadro ídolo. Son cinco victorias consecutivas en el torneo ante  Delfín, Nacional, Técnico Universitario y dos ante Guayaquil City. Equipos a los que aucas podía y debía ganar. No es ser peyorativo, es el cálculo que cada técnico, jugador, directivo y aficionado realiza. Hay rivales con los que cada plantel se cree en superioridad o igualdad de condiciones, ante esa percepción se pueden hacer proyecciones y Aucas las cumplió con cabalidad.

Ahora la realidad presenta un reto interesante para el entorno oriental, y es cómo asimilar este buen momento y plasmarlo ante rivales de mayor envergadura. La felicidad, el orgullo, la ilusión le son permitidas a todo el circulo auquista, pues si ellos no lo creen posible, no esperen que el resto se sume a su quimera . Es casi una obligación sumarse al barco de la esperanza y navegar hasta el final de la temporada.

Hay que reconocer que las bondades del calendario terminarán, y a la vuelta de la esquina tendrán que mirar la cara del Delfín, Emelec, Barcelona, Macará, Liga, Católica, Independiente y el Cuenca. Rivales con una mayor exigencia y que pondrán a prueba los cimientos de un sueño que se puede mantener o derrumbar en el futuro.

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Los hinchas de Aucas deben estar tranquilos ante las posibilidades de volver a jugar un torneo internacional. La Copa Sudamericana está casi asegurada (el no hacerlo es más un tema de formalidad que cualquier otra cosa), y la Libertadores no es inalcanzable, pues cinco puntos lo separan de Universidad Católica, equipo que ostenta la cuarta casilla y al que el equipo de Tempesta todavía tiene que enfrentar. Ese debe ser la base del sueño, intentar alcanzar el cupo para jugar el torneo más importante del continente.

El llegar a la final del torneo exige una planificación, recursos económicos y fortaleza mental que Aucas parece haberla construido apenas cinco partidos atrás, y a merced del tiempo, eso no alcanza.

El año 2018 debe servir para formar los cimientos de un equipo que necesita de manera urgente institucionalizarse, crecer de manera administrativa y recobrar la jerarquía histórica que a finales de la década pasada se los arrebató el descenso a la Serie B y Segunda Categoría.

El que Aucas se mantenga en camino depende de los socios e hinchas, ellos son los veedores de una institución que no debe lucrar del momento, sino generar una sostenibilidad que perdure en el tiempo, y que sostenga el sueño de ver al Aucas pelear por el campeonato de una manera real y no por medio de las circunstancias.

 

Luis Rubén Cadena Beltrán

@LRCadena

 

 

Con el cáncer no se juega

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El pasado fin de semana el DT. Guillermo Almada manifestó en su rueda de prensa, “Todos sabemos que a las 12:00 del medio día da cáncer de piel. No se debería permitir jugar a las 12:00. Que la Federación y la Liga Profesional se reúnan al medio día en cualquier estadio del país”.

La polémica por la hora, las condiciones y las consecuencias del juego son constantes en las visitas de los equipos de la costa a la sierra. Considero que es pertinente analizar las razones de esta crítica, los objetivos y las soluciones, pues tan ciertas son las palabras de Almada, como el discurso que esconden las mismas.

Los pasajes del fútbol ecuatoriano nos rememoran grandes triunfos y hazañas de los clubes guayaquileños en tierras pichinchanas. El último fue el título del Club Sport Emelec en Casa Blanca en el año 2015, cuando tras una serie reñida logró coronarse campeón en un partido jugado a las 11:30.

Si bien es cierto que el fútbol del medio día se ganó poco a poco el espacio tradicional de la capital, eso no quiere decir que se puede normalizar una práctica que puede llegar afectar a todos los actores de una actividad deportiva en una exposición que dura más de 90 minutos.

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Según la Dra. Anita Buestán la exposición por larga duración trae consecuencias inmediatas y permanentes. “Es perjudicial para la salud exponerse al sol de manera directa por más de 60 minutos. De manera inmediata puede generar insolación e irritación de la piel, pero hacerlo de manera permanente puede conllevar enfermedades dermatológicas como el cáncer”.

En la publicación del diario El Telégrafo se referencia la existencia de 650 casos de cáncer de piel en el Ecuador. Un partido de fútbol acaba de destapar una de las enfermedades con mayor crecimiento en los últimos años en nuestro país. Eso es una realidad que rebasa cualquier tradición, cualquier percepción e incluso algunos se animan a tratarlo como un tema de regionalismo. (Aquí la nota https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/cancer-piel-ecuador-radiacion)

Ahora un tema evidente, y que tal vez se convierte en la principal razón del presente artículo es la forma en cómo se expone un tema mediático que puede, con el pasar del tiempo, determinar en decisiones tajantes en lo deportivo, especialmente en el fútbol.

Ningún resultado competitivo puede verse escudado en el contexto del juego. Para ser claros, hay que entender que cualquier competencia tiene sus virtudes y complicaciones, una de ellas es el escenario que se utiliza para desarrollar la actividad deportiva, en este caso el partido de fútbol. Así como la humedad es una dificultad que los equipos de la sierra tienen que superar, el tema de la altitud y el clima es otro que debe ser superado por los rivales de los equipos de esta región. Los parámetros son claros, el local tiene ventaja sobre el visitante. Su cancha, su clima, su gente, etc.

El resultado de un partido no puede atentar contra la honestidad deportiva y la autocrítica. Hacemos énfasis en aquellos términos para que la preocupación que hoy se genera vaya orientada en la salud de los deportistas y no en los resultados de la competencia. Que no aparezca en las derrotas y se silencie en las victorias.

Una de las decisiones que pueden llegar a cambiar en los próximos meses será el de la localía de la Selección. Se me hace difícil creer, y espero que no sea así, que existan presiones alrededor del retorno de la Tricolor a la costa ecuatoriana. Y quiero ser claro en este aspecto, no me interesa si la Selección se queda o se va, siempre y cuando se discuta, se valore y se argumente las razones del cambio de escenario deportivo, tomando como referencia que parte del éxito (mínimo o total, depende de lo que usted crea) fue el aprovechar la altura ante rivales que física y psicológicamente ven mermado su rendimiento en los 2800 metros de altura.

Lo que no debe suceder es que esta campaña se maquille y sirva para tomar decisiones que no se pueden afrontar con debate y argumentación.

“Si hay exposición permanente al sol se debe buscar mecanismos de protección, sean estos; ropa de manga larga pero de tela delgada, uso de bloqueador solar, usar artículos como gorras y gafas, esa podrá reducir el daño de los rayos ultravioletas a la piel” menciona la Dra. Buestán.

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El fútbol con su poder mediático expone una problemática que muchos desconocíamos y necesita ser abordada con pruebas. «Carlos Orbe y Omar Ponce se van a hacer un estudio profundo en Solca, no podemos esperar a que pasen cosas graves. Ambos tienen problemas de pigmentación», indicó Luis Muentes en una entrevista con Radio Cobertura Plus.

Esto no solo afecta al fútbol, afecta a todos los que realizan sus actividades de forma cotidiana, o pregunten ustedes ¿quién puede detener su accionar entre las 10:00 y 16:00? Es casi imposible. Es momento para aprovechar el impacto mediático y emprender campañas de prevención que ayuden a tomar conciencia a las personas de los cuidados que deben tener para el control de este mal y la erradicación del mismo.

Si se van a tomar decisiones que se lo hagan en beneficio de los protagonistas, con argumentos, estudios y análisis, pero que no escuden falencias deportivas ni ocultos intereses con temas de salud. Tampoco utilicen discursos de percepción alrededor de un tema que existe, que no se puede ocultar, pero con el que necesariamente debemos convivir.

@LRCadena

Ecuador, el antagonista del fútbol

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Tomé un taxi, en medio de una ciudad caotizada cada vez me convenzo que tomar estos vehículos particulares no es una buena idea, pero lo hice, porque me pareció la única alternativa a varios metros de distancia de una parada prudente del servicio público.

Me senté, saqué el celular y respondí algunos mensajes. Tras interactuar un poco, levanté la cabeza y me llamó la atención mirar al conductor con la camiseta amarilla de la Selección. Hoy juega Ecuador me dije, sí, hoy se cierran las eliminatorias de la Confederación Sudamericana de Fútbol para el mundial de Rusia 2018 y nosotros estamos eliminados, pero el rival no, el rival depende de un triunfo y nosotros hoy pasamos de ser protagonistas a asumir el rol de antagonistas. Hoy siento que podemos privar a todo el mundo futbolero del mejor jugador del mundo. No sé si es bueno o malo.

Conversar con un taxista puede llegar a ser terapéutico, son personas que comparten diariamente con vidas distintas que hasta identifican los rasgos particulares y saben que decir o que omitir. Este tipo robusto que promediaba los 52 años de edad, tenía rasgos faciales amigables, un par de arrugas en la frente, otras en las inmediaciones de la nariz que se veían opacadas por el espeso bigote teñido de blanco.

-¿Cómo ve a la Selección?, le dije.

-Mal, muy mal, me dice. Imagínese pasamos de ser primeros a ser casi últimos, es una vergüenza que el hijo de puta de Quinteros nos haya dejado fuera del mundial.

Me quedo en silencio meditando esa respuesta. ¿Es tan así? Ecuador quedó fuera del mundial por la falta de capacidad del técnico. Muchas veces he intentado responder esa pregunta, y cada vez que la hago, me convenzo de que el apellido Quinteros, si bien tiene un grado de culpabilidad, pero no el mayor, no toda la culpa puede ser de una persona. ¿Acaso el Argentino – Boliviano era nuestro cáncer, y ahora que lo hemos “extirpado” la tricolor puede sanar su camino y llegar a pelear sitios estelares? La pregunta se responde sola, no y simplemente no.

-Lo único que va hacer esta selección es eliminar a los argentinos, se van a morir esos gauchos…  me dice mientras ríe al frente del volante.

Es verdad, si hoy gana Ecuador la selección albiceleste quedará afuera del mundial, algo descabellado dada la importancia de dicha selección, finalista del mundial anterior y también de las dos últimas ediciones de la Copa América, sin lograr ganar nada de lo disputado.

-Se va a quedar sin jugar el mundial Messi, le digo. Con la curiosidad de observar cómo reacciona.

Toma una bocanada de aire. Siento que le cuesta respirar a causa del gran bigote que tiene, es lo que pienso mientras responde.

-Es una lástima por ese jugador, en su equipo lo gana todo, pero con esa Selección no puede. Para que pierdan otra final, es mejor que no vayan. Además, así por lo menos dejaran de lado tanto ego que tienen los argentinos.

Un mundial sin Messi debe ser realmente un golpe al ego de los argentinos, pero pienso que es un golpe al mundo del fútbol. Tal vez ahora no lo sientan así, pero creo que debe doler tanto como ese 17 de junio del año 94, cuando Diego Armando Maradona dejaba la cancha con el peso de todo un país en su espalda. El 10 no regresó.  El doping positivo marginó a la principal estrella de Argentina del mundial y con él, la ilusión de un país se vino abajo.

Hoy puede ser uno de esos días, o tal vez no. Quién sabe. Tal vez Leonel Messi tome la pelota en la banda derecha, como muchas veces lo hizo, se filtre en línea diagonal con muchas camisetas amarillas persiguiendo el balón, los esquive uno por uno, y cuando levante la cabeza realice un disparo, de esos que los hace con los ojos cerrados, y la pelota ingrese con la velocidad correcta y la precisión de un cirujano. Es Messi por Dios. De esos goles ha hecho más de 500 en el ‘Barza’. O tal vez, las paradojas de la vida confabulen en contra de la estrella ‘Mesiánica’ y un ligero viento, de esos que abundan en Quito, obliguen a que la pelota vaya más y más a la izquierda, con tan mala fortuna, que pegue en el vertical. Y así toda la imaginación de una tarde de taxi, se convierta en una pesadilla de toda una nación.

Llegamos. Muchas gracias le digo. Saco mi billetera, pago la carrera y me bajo en el Estadio Atahualpa.

-Parece que va a llover me dice. Si, es verdad, hoy el cielo esta gris. El cielo de Quito puede llorar la última posibilidad de ver a Messi levantar la Copa del Mundo.

 

Luis Rubén Cadena Beltrán

@LRCadena

El fútbol ecuatoriano en su versión aberrante

El fútbol ecuatoriano en su versión aberrante

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Muchas personas que aman este deporte deben realizarse las mismas preguntas que yo me hago: ¿Qué pasó con el fútbol? ¿Cuándo aconteció la independencia de éste deporte con los organismos “cotidianos” de control?, pero sobre todo ¿Cuándo la alegría popular pasó a ser parte del enriquecimiento familiar de dirigentes y futbolistas?

En varias ocasiones escuché a muchos dirigentes manifestar que estar al frente de una institución es un “sacrificio”, que “compromete” el patrimonio familiar y que “arrebata” el tiempo a sus familias. Tengo que ser sincero al decir que en todo el tiempo que destiné a consumir fútbol, no he observado nunca a un dirigente asumir la presidencia de un club con la mirada perdida y el rostro lleno de tristeza, tampoco he sido testigo de dirigentes sumidos en la quiebra por sus malas gestiones deportivas, pero sí he observado a familias enteras vanagloriarse de las pequeñas influencias que puedan ejercer en este deporte.

El fútbol ecuatoriano, tan independiente como siempre, nos expone un nuevo capítulo de la arbitrariedad con la que se manejan dirigentes y jugadores. Ya no sorprende que se reconozca la existencia de dobles contratos con la finalidad de disminuir, o en muchos casos, anular el pago de impuestos al Estado. Tampoco nos sorprende que los dirigentes se eternicen en sus cargos a tal punto de creerse dueños del club, con la facilidad de abrir y cerrar la puerta a quien se les dé la gana y en el momento que se les ocurra. El fútbol de Ecuador se presenta en su versión aberrante.

Es absurdo leer el comunicado emitido por la Federación Ecuatoriana de Fútbol que dice: “LOS CLUBES SON ORGANISMOS DEPORTIVOS DE DERECHO PRIVADO, CON ADMINISTRACIÓN TOTALMENTE AUTÓNOMA, EN LA QUE NO INTERVIENE LA FEF;  y que los términos y condiciones en los que los jugadores establecen sus contratos de prestación de servicios profesionales con los clubes, son de entera responsabilidad de los jugadores. La Federación Ecuatoriana de Fútbol no interviene en ninguna etapa de la negociación, ni de la firma, mal puede decirse que la FEF tenga culpa en cualquier situación derivada del contrato y sus cláusulas.  !!! Esto es tirado de los cabellos!!!».

Si me arrancara un cabello por cada disparate de nuestro fútbol, seguramente quedaría en una versión Repettiana de mi figura. Es gracioso presenciar el ping pong mediático cuando cada entidad alineada al fútbol busca una excusa, apareciendo cada una más irrisoria  que la otra. Ja!

La autonomía que tanto pretende defender la Federación Ecuatoriana de Fútbol, es una de las causantes que dicha entidad haya sido involucrada en escándalos de corrupción en el pasado, y es la promotora del actual desorden que existe en nuestro fútbol.

Es llamativo la manera como se juega con la inteligencia de la gente con medidas “humo” como la eliminación del juvenil en cancha, la cual nace producto de la incompetencia para evidenciar y controlar las inconsistencias en las identidades y edades de los canteranos de nuestro fútbol. A esto le sumamos las sanciones reglamentarias impuestas con total desequilibrio, las cuales dependiendo el color de camiseta y el escudo en el pecho, desnivelan cualquier competitividad dentro y fuera de la cancha.

¿Por qué esa “autonomía” no permitió a los clubes negociar los derechos de televisión para los próximos años? ¿Por qué no se permite el paso de los clubes a Sociedades Anónimas? La respuesta es simple, la libertad existe siempre y cuando la Federación no se perjudique. En este momento coyuntural creo que podemos manifestar, que la institución que debe controlar y precautelar el bienestar de nuestro fútbol no ha podido cumplir su rol, y es una de las principales culpables de dicha debacle.

El fútbol tiene que ser controlado por los entes reguladores del Estado, pues ha quedado en evidencia que la llamada “autonomía” es un escudo para la corrupción, tráfico de influencias, testaferrismo y manipulación en este deporte.

Es momento de reventar la burbuja que nos refleja la podredumbre en que está sumido el balompié ecuatoriano, señalar las malas prácticas profesionales y entregarle un poco de dignidad a este deporte.

 

Luis Rubén Cadena

@LRCadena

Alemania, el futuro pentacampeón

Borges dijo que “la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce”, situación que refleja a la perfección la actitud alemana en el fútbol. Alemania, muy separada de su presente, tuvo tres golpes contundentes en este siglo. Primero, la derrota ante Brasil en el mundial de Corea y Japón 2002; segundo, la eliminación en semifinales ante Italia en la copa mundial del 2006 en la que los alemanes eran anfitriones y la derrota en la final de la Eurocopa en 2008 ante España.

“Los técnicos son hijos de los resultados”, es una típica frase del fútbol, tan desgastada pero tan vigente, a la magnitud que muchos procesos se quebraron por un partido o un campeonato. Los Alemanes demuestran no tener sentimentalismos al momento de apoyar un proyecto, lo hacen y punto. La lista de técnicos llega a diez en toda su historia, dato que habla mucho  de su propuesta a largo plazo si referenciamos que en la actualidad es una potencia mundial en este deporte con cuatro campeonatos mundiales ganados.

El quiebre del último siglo es el mejor contraste de la globalización del fútbol. Alemania en el mundial de Corea y Japón 2002 jugó la final con un equipo que promediaba los 28 años, con más de medio equipo cercano a los 30 y con sus principales figuras rebasando ese número con facilidad. No pudieron hacer nada ante los dos goles de Ronaldo Nazario, que darían el último título mundialista a los brasileños y dejaría sin nada a los alemanes.

En el año 2006 el equipo bajó su promedio de edad a 26 años. Alemania jugó el partido de semifinales ante Italia con una plantilla renovada, solo dos jugadores repitieron la titularidad de la final perdida ante Brasil. Ésos jugadores fueron Christoph Metzelder y Miroslav Klose. El partido lo ganaron los italianos en tiempo suplementario 2 a 0 con goles de Fabio Grosso y Alessandro Del Piero. Alemania quedaba fuera de la final y el ambiente patriótico que se fue desarrollando con el devenir de la competencia se vino abajo de un momento a otro. El tercer lugar obtenido tras la victoria sobre Portugal no llegó a satisfacer el deseo triunfalista de su país.

En la Eurocopa 2008 se manejó casi el mismo plantel del mundial pasado, sin embargo nuevamente las circunstancias alejaban de la alegría a los alemanes. No podían alcanzar el éxito en esta edición ante una España que contaba con siete jugadores del  FC Barcelona que lograría marcar historia por su juego en el último siglo.

Joachim Low consiguió renovar la plantilla casi en su totalidad, involucrar nuevos jugadores y un proyecto completo a favor de las categorías menores de Alemania. Cada club es obligado a tener una academia deportiva con un desarrollo completo.

La semifinal ante España en el mundial de Sudáfrica 2010 la jugó una Alemania con promedio  de 25 años. Aparecieron nuevas figuras como Neuer, Boateng,  Khedira, Ozil, entre otros. El partido lo ganó España con gol de Carles Puyol tras un tiro de esquina.

Cualquier dirigente cansado de los terceros lugares habría optado por dar un giro al proyecto, sin embargo la obstinación europea y el control de sus emociones mantuvieron al técnico y su grupo de trabajo al frente de la selección.

Pero todo proceso tiene éxito, sobre todo si se lo acompaña de paciencia. Jochim Low dio continuidad a la generación que consiguió el bronce en Sudáfrica y para el 2014 consiguió el título mundial. Con un equipo maduro que bordeaba los 28 años de edad dejó en el camino a candidatos para el titulo como Brasil de Neymar y Argentina de Messi. El fútbol agresivo, contundente y técnico de los alemanes rebasó a todos sus rivales.

Los objetivos requieren de sacrificios y como verificamos en este repaso histórico nos damos cuenta que el camino de Alemania duró 14 años. Los aspectos que avalan estos éxitos son la paciencia dirigencial para defender un proceso que no se consumaba en trofeos, pero que fortalecía una infraestructura sólida y perpetua. La disciplina alemana es la clave del éxito.

Este fin de semana dos generaciones lograron alcanzar títulos importantes. Se llevaron la Copa Europa Sub 21 y la Copa Confederaciones 2017 con un promedio de 23 años de edad. Alemania consiguió la élite deportiva en menos de 20 años, asegurándose un papel protagónico por los próximos tres procesos eliminatorios. Nadie debería sorprenderse si en 2018 tenemos dos pentacampeones mundiales.

 

Luis Rubén Cadena

@LRCadena

 

Silencio electoral y la demagogia, enemigos políticos

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El silencio electoral descrito en el Consejo Nacional Electoral, aparece cómo el periódo de meditación que tienen los electores para decidir por sus candidatos, sin embargo pienso que nos brinda la oportunidad para descansar y volver a nuestro cotidiano vivir: sin políticos en las calles.

Es un tiempo en el que se permite desmaquillarse, descansar falsas sonrisas, evitar abrazos indeseados y aliviar el estómago después del obligado tour gastronómico por todos los mercados de nuestro Ecuador. Los “distinguidos” candidatos pueden, tras mucho tiempo de campaña, volver a sus aposentos y ver de lejos como sus votos caminan a las juntas electorales.

Tengo que reconocer que es una de las elecciones más difíciles en las que tengo que participar  (y no paso de los 5 procesos electorales), durante las últimas semanas desperdicié mi tiempo observando debates inservibles, siguiendo campañas demagogas, conversando y evitando peleas con amigos, para llegar a la misma conclusión del inicio. Todos son harina del mismo costal, la diferencia, algunos apestan más que otros.

El partido oficialista empapado en los casos de corrupción se cree ganador. Un partido al que nunca le interesó depurarse sino que se conformó con tener la mayoría de socios afiliados a la camiseta verde. No dejó de manejarse bajo los parámetros de partidos anteriores, se lleno de arribistas, aprovechados y oportunistas  que hasta ahora desconocen el significado de la palabra revolución pero siempre tuvieron claro la manera de sacar provecho del ejercicio público.

Debo admitir mi prejuicio hacia candidatos como Guillermo Lasso, es un hecho que escapa de las manos de quien escribe este texto, me irrita la escena de aquel rico que mira con capricho la posibilidad de retratarse en la historia del Ecuador como Presidente de la República e intentar, de alguna forma, limpiar el feriado bancario de su espalda.

Cinthya Viteri está jorobada por cargar, en soledad, el peso de los Social Cristianos. La candidata siempre recia, siempre frontal, nunca supo anteponerse al discurso manipulador de Nebot. Lolo Miño, Docente investigadora en la Universidad de las Américas, en su carta abierta la describe de la siguiente forma:

«Me apena decirte que, si la mayoría de mujeres no logramos identificarnos contigo y tu candidatura es porque en muchos aspectos parece servir a los intereses del patriarcado que durante décadas ha dominado la política nacional. Cierto es, cuando Correa te mando a «maquillarte», denunciaste aquello como un acto de violencia de género.Muy bien. Pero me hubiera gustado verte hacer lo propio cada vez que el líder de tu partido, Jaime Nebot, ha proferido discursos tan o más machistas, homofóbicos y violentos como los del actual Presidente». Leer carta completa

Paco Moncayo es otra de las opciones en la papeleta, algunos lo definen como el menos malo, el buen alcalde, el defensor de la patria y muchos apelativos que levantan el ego de una persona que un año atrás estaba en el silencio de la jubilación. Líder de un partido refundado, intenta mezclar el agua y el aceite con el afán de ganar adeptos.

El resto de candidatos mantienen la predisposición de dividir los votos, aparecer en la palestra política y pellizcar alguna dignidad con el pasar del tiempo, lamentablemente así funciona esto.

No votaré nulo, es un hecho, pienso que no puedo desligarme de esa responsabilidad pero las circunstancias permiten que la demagogia de ciertos candidatos se haga evidente, no se trata de quien entre robe menos, no se trata de votar por el menos malo, tampoco de hacerlo con odio.

Mujica lo dijo: «La política no es un pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor; a los que les gusta la plata, bien lejos de la política».

Aprovechemos estas horas de tranquilidad para alejarnos de la telaraña de mentiras, limpiemos nuestra mejilla del beso falso y asumamos la obligación de apalear a quien abuse de nuestra confianza.

Luis Rubén Cadena Beltrán

@LRCadena

El fútbol es de colores

 

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La pelota es redonda y aunque muchos piensen en la manera más fría del juego, sabrán que por su figura esférica esta nunca se detiene, y si lo hace es para recibir alguna caricia y seguir su camino. Es su función, su oficio, su trabajo. Sin embargo en su forma  singular encierra el secreto del fútbol. La razón de su euforia, de su convocatoria y de su sinsentido. El balón al igual que la vida recibe golpes, caricias, patadas, todas estas necesarias para continuar su camino. La vida sin pelota deja de rodar.

Jorge Valdano, campeón con Argentina en el mundial de 1986, manifestaba que «el fútbol es lo más importante de lo menos importante», muchos de nosotros buscamos darle un lugar en la jerarquía personal de nuestra vida, pero lo que Valdano no supo apreciar es la facilidad con la que nos absorve una actividad que doblega la racionalidad e impone las sensaciones para atravesar esos lineamientos normales y conmover al mundo alrededor de un hecho doloroso como es un accidente aéreo de un equipo de fútbol.

En mi frágil memoria tengo que remitir los recuerdos traumáticos de la historia para presenciar  manifestaciones de apoyo como las observadas horas atrás. En un mundo en el que la televisión maneja su agenda mediante las tragedias humanas, bombardeos en países con guerras civiles desatadas por el imperialismo, vulneración de los derechos humanos, desplazamientos, abusos y demás dramas sociales, me atrevo a decir que nos arrebataron la sensibilidad humana. Pero es nuevamente el fútbol, eso tan trivial, esa actividad lúdica que para muchos es un derroche de tiempo, nos regala un poco de aquello que dejamos de ser: humanos; nos concede algo que dejamos de sentir: solidaridad, y nos entrega algo que ya no buscamos dar sin recibir: amor.

El fútbol está de luto ante la tragedia de aquellos que eran “chicos” y buscaban ser grandes. Estos atrevidos que sortearon a cada uno de sus rivales con el único propósito de terminar con la hegemonía del los ‘favoritos’. De los que hoy son inmortales porque en nuestros días demostraron que ante su ausencia podemos tenerlos presentes con nosotros en un  rincón donde nadie les arrebate los sueños.

El golpe se convierte en regocijo cuando entendemos que el fútbol traspasa las fronteras de la razón e involucra nuestro lado más sentimental. Que más allá del lucro y mal uso que pretenden darle quienes solo buscan su poder político y económico podemos llegar a los placeres de una vida que se vuelve efímera.

Nosotros los desaforados, los salvajes, los bárbaros amantes del fútbol dejamos derramar una lágrima de amor, demostrando que este deporte no se limita al rectángulo verde, que no dura 90 minutos, que no se trata de un ganador y un perdedor, sino que se encuentra en todo lado, y que hoy llega al cielo porque el fútbol es de colores.

#FuerzaChapecoense

Luis Rubén Cadena Beltrán

@LRCadena

De las entrevistas de cortejo al paredón

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Una de las investigaciones más importantes de nuestro fútbol llegó a su fin. Tras 13 días de audiencia de juzgamiento se dictó sentencia a Luis Chiriboga quien tendrá que pagar diez años de cárcel por lavado de activos, además una multa económica de 13 millones de dólares con dos implicados más por el delito. El personaje más visible del fútbol ecuatoriano queda relegado al paredón de las críticas, ofensas y soledad después de un reinado de tres periodos consecutivos. De ahora en adelante todo parece caer en el lugar común del refrán: A rey muerto, rey puesto.

La historia muchos la conocen, más allá del silencio cómplice de algún sector de la prensa, el caso Ecuafútbol fue arrogado a la opinión pública como carne para leones, en un festín mediático que develó cada una de las posiciones alrededor del tema.

En el aspecto deportivo el Chiribogismo es uno de los momentos cumbres del fútbol ecuatoriano, para nosotros (los nacidos del 90 en adelante) la palabra fracaso apenas tiene un significado en el diccionario, la frase jugamos como nunca y perdimos como siempre fue remplazadas por el ¡Si se puede!

Las hipótesis no comprobables del fútbol, generan preguntas que algunos prefieren responder en sus imaginarios: ¿Qué habría sucedido en el mundial de Alemania 2006 si el gol de Carlos Tenorio entraba o si jugábamos 10 minutos más y lográbamos empatar el partido? ese optimismo nos hace pensar que todo puede pasar, siempre para mejor. Eso somos nosotros la generación ganadora en una historia que queramos o no está  vinculada con Chiriboga.

Al Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol le paso lo que a la mayoría en su posición les llegó a suceder. Se sintieron indispensables, secuestraron el fútbol de sus países y no querían compartir la pelota con nadie. Sergio Levinsky, periodista argentino, lo dijo hace mucho tiempo atrás, “la impunidad de los dirigentes deportivos es infinitamente mayor que la de los dirigentes políticos”, algo que en la actualidad parece equilibrarse.

Pocos sabrán cual fue el primer dólar que el Ingeniero olvido depositar en la cuenta de algún equipo del fútbol ecuatoriano y al llegar a su casa lo encontró casi pegado a su mano sin recibir reclamo alguno. Dicen que las malas mañas es lo que primero se aprende y el ex Presidente de la FEF siempre estuvo rodeado de gente peligrosa, aquellos que te roban con la pinta de un buen peinado, una bonita corbata y un elegante smoking.

Dicen también que en los peores momentos todos te abandonan, es algo asqueroso de este sistema, pero en algún momento de la vida lo llegas a padecer  y a Luis Chiriboga parecen hoy desconocerlo. Todas las entrevistas de cortejo, los halagos, el silencio cómplice de la prensa vendida a la trillada frase “los favores con favor se paga” acompañada con el olor a mierda que emitía la lengua de aquellos lame culos que ahora prefieren estar lejos del problema lo dejaron solo, en el paredón.

Chiriboga no salió con los pies por delante como su amigo Grondona, aquel poderoso magnate que en su último sueño vivió la fantasía de haber cometido el crimen perfecto, sin embargo la suerte de los ricos no la comparten todos, y a veces, solo a veces, como sucede ahora  con algunos dirigentes de la Conmebol tienen que pagar por sus decisiones.

El fútbol nos demuestra que cometimos un error al dar tanto poder a quienes no respetan  la pelota, a quienes les da igual si está fuera o dentro de la chancha, buscando  únicamente el poder mediático y revuelco social que genera. Esa pelota que con  tanta rebeldía y celo es disputada en la cancha ahora pertenece a los de terno, a los que nunca ensucian sus bastas con lodo de potrero, los que toman decisiones en un escritorio y privan de la dignidad deportiva a quienes buscan verse algún momento defendiendo los colores de su selección.

De nosotros depende, de los que vemos el fútbol en su forma natural y libre, apoderarnos del campo de juego porque como dijo Diego Armando Maradona: «la pelota no se mancha», y si llega a ensuciarse que sea por quienes la veneraron de verdad.

Lo peor que le puede suceder  al fútbol ecuatoriano es pensar que con la sentencia de tres personas terminó la investigación, cuando los clubes son trincheras vírgenes que necesitan una indagación profunda que despoje y purifique al mal oliente balompié ecuatoriano de fútbol.

Luis Rúben Cadena Beltrán

@LRCadena

 

Caricatura tomada de diario La Hora.

 

De la confianza a la desilusión en segundos

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El partido de ayer nos expuso nuevamente como ecuatorianos ante el fútbol. Personas que se ilusionan con poco y con esa misma facilidad se desmoronan. Podemos respaldar como nunca pero ser críticos y muy duros ante la derrota, casi inquebrantables en nuestros juicios.

Históricamente la selección ecuatoriana ha sido golpeada  en su orgullo, desmoronando cualquier esperanza de aquel aficionado que con sendas goleadas bajaba la cabeza e idolatraba a selecciones del extranjero, pues la suya no llegaba lejos.

Fue difícil crecer alrededor de pequeñas frases que marcaban una radiografía superficial de nuestra participación en este deporte. “Jugamos como nunca y perdimos como siempre”; “Carrera de caballos, parada de burros”; “Por lo menos no nos golearon”. Frases que golpeaban el tímpano de cualquier oído y nos imponían sueños limitados, anhelos que no iban más allá de 90 minutos de juego.

Fernando Carrión, editorialista de Diario HOY y coordinador de la FLACSO, menciona que solo dos hechos han logrado construir en el país un sentimiento de unidad nacional: la guerra del Cenepa con el Perú en 1995 y las clasificaciones a los mundiales de fútbol (Corea-Japón, Alemania y Brasil). En el Ecuador el fútbol se ha convertido en el poder simbólico del sentir nacional, convirtiéndose en una práctica de la integración social.

Hay muchas interrogantes alrededor de nuestro crecimiento en este deporte, algunos mencionan el biotipo, la mayoría defiende el tema de la altura, yo prefiero darle un espacio al complejo de inferioridad.

Para Alfred Adler este complejo se lo puede describir como un sentimiento en el cual, de un modo u otro, una persona se siente de menor valor que los demás, lo cual, normalmente, sucede en forma inconsciente y lleva a los individuos afligidos a sobre compensarlo.

De un modo u otro fuimos víctimas, en algún momento de nuestra historia, de este trastorno, pero creo que con mucho esfuerzo lo hemos superado, algo que fue evidente en los últimos logros a nivel de selecciones y a nivel de clubes.

El pensar al fútbol en su forma natural de once contra once nos permitió dejar de lado la neblina del favoritismo y pensar que Si se puede. La rebeldía de los humildes. El atrevimiento de los “pequeños” ante los grandes es quizá lo que motiva a un ascenso deportivo.

La selección elevó su nivel, eso es algo que no tiene discusión, pero a nosotros como aficionados todavía nos cuesta asimilar ese crecimiento y defenderlo ante los demás. Los fracasos históricos, sumado a las humillaciones nos deben dar el colchón suficiente para pensar que hemos “tragado tierra” para tener una selección que gane a Argentina en su país, juegue de igual a igual con Brasil, empate con Francia en un mundial y ahora a nivel de Conmebol sea un candidato en firme para llegar a Rusia 2018, éstos son ejemplos que se me vienen a la cabeza, sé que no son gestas históricas pero son procesos en la real magnitud de la palabras que hoy nos posicionan en buscar sueños que 30 años atrás eran imposibles.

La mayoría puede tener razón al pensar que éste editorial no tiene ningún sentido e incluso que rebasa las barreras impuestas por un deporte que casi siempre cobija a los  grandes, pero es mi aspiración ver una selección luchadora que cambie la historia, aunque hay que admitirlo, ese gol contra Brasil habría ayudado a consolidar las ideas hoy no podemos quedarnos en hipótesis amparadas de un gol anulado.

No hemos ganado nada, es verdad, pero hoy podemos tener expectativas y soñar con hacer algo más que un “buen papel”. No dejemos de soñar y aspirar con objetivos, dejemos la mecha prendida por varios minutos que a Ecuador en algún momento le va tocar.

 

Luis Rubén Cadena

@LRCadena